Si nunca has degustado la cocina argentina, deberías reservar mesa en esta parrilla. Sus perfectamente elaboradas vieiras, su casero besugo y su sorprendente codorniz están entre esos platos que no hay que dejar de tomar en Aramburu. Aquí te van a ofrecer unos helados delicados. Su espectacular malbec, su sensacional cordial y su insuperable bitter son el rasgo distintivo de este lugar. Ven y pide un extraordinario café cortado o un delicioso café americano.
Lo único que necesitas para tus vacaciones con la familia es un lugar acogedor con un hermoso interior. Muchos comensales consideran que su personal es paciente. Su servicio siempre es agradable, no lo olvides. Los usuarios de Google le han otorgado una valoración de 4,7 a este lugar.
«No es un restaurante, es otro rubro. Es una experiencia artística comestible, dónde los autores realizan sus esculturas con alimentos. Cuando te acercan un pieza a la mesa, te comentan que ingredientes uso el artistas, y la técnica para producir su obra. Luego también te informan que esa hermosa obra de arte, te la podés comer. Esa información es necesaria, para poder distinguir que parte de la obra es la comestible dado la armónica presentación del conjunto y la transformación del alimento en parte la pieza artística que te ponen en la mesa. Las sensaciones son primero visuales. Luego degustar cada paso de a poco, cómo si fuera un chocolate, sintiendo las texturas. Los primeros pasos, las entradas, son pequeños pero el disfrutar los sabores y sensaciones que te van produciendo en la boca es parte del espectáculo inmersivo que propone Aramburú. Los principales son algo más grandes, también pequeños si fueran piezas individuales, pero la suma de todo el arte ingerido nos hizo irnos más que satisfechos (no fue solo una sensación subjetiva, la balanza lo confirmó).Nosotros nos centramos en la comida para disfrutar cada plato. Quienes optaron por marinaje con vinos también tuvieron una parte agregada del show, con un viaje por distintos sabores de baco, con algunas presentaciones artísticas especiales para ese servicio. El ambiente acompaña con luz tenue, relajante, tanto en el salón que sirven lo salado, cómo en el otro salón al cual te conducen para lo dulce. Las sillas de las mesas están orientadas para ver la cocina abierta a unos metros, dónde los artistas (no les puedo decir cocineros) ejecutan sus creaciones en movimientos tranquilos y silenciosos.»