«Quiero abrir la siguiente discusión: ¿El tango y el folclore son tan distintos? ¿No contienen características musicales que los hacen convivir? Y dicho esto, ¿será imposible que esos géneros empiecen a formar parte de las músicas en formato sinfónico? Yo creo que sí, y esta es solo una propuesta que aporta una mirada», señala Mantega durante una entrevista con Télam.

«Beauchef» fue escrita durante la pandemia en 2020, consta de cuatro movimientos denominados «fases»: «Construcción», «Distancia», «Aislamiento» y «Consecuencia» y se grabó entre noviembre del año pasado y marzo de 2021.

«Componer siempre es una situación un poco solitaria y meditativa si se quiere, pero lo que fue por bastante tiempo una gran incertidumbre tuvo que ver con cómo realizar la grabación de una obra sinfónica en medio de la pandemia», repasa.

El pianista, autor, arreglador y director que para la primera temporada de las «Estaciones Sinfónicas en el CCK» (2017/2018) realizó 45 arreglos sinfónicos y tiene más de 100 de obras publicadas, apunta que para este trabajo hubo que «aprender a trabajar de una nueva forma: grabar por capas, y utilizar estructuras de grabación que no son muy habituales en los formatos sinfónicos».

La flamante obra sinfónica, disponible en plataformas digitales desde el 2 de julio último, tiene como solistas a la flautista Paulina Fain, al violinista Guillermo Rubino y al propio Mantega en piano.

La Orquesta Sin Fin completa su alineación con María Eugenia Caruncho (oboe y corno inglés), Daniel La Rocca (fagot), Emiliano Álvarez (clarinete y clarinete bajo), Richard Nant (trompeta), Manu Calvo (trombón), Natalia Cabello, Gustavo Mule y Sara Ryan (violines), Ignacio Gobbi y Ricardo Bugallo (violas), Benjamin Báez (cello), Ricardo Canepa (contrabajo) y Mario Gusso (percusión).

Télam: ¿En qué momento el ejercicio de componer pasó de ser un cable a tierra a tomar la forma de una obra que efectivamente iba a ser ejecutada por la Orquesta Sin Fin?
Exequiel Mantega: Usualmente necesito poquitas cosas para estar bien, además de agua y comida; la composición es una necesidad vital, así que siempre siempre es un cable a tierra para mí.

El ejercicio de componer es un ejercicio diario y muchas veces no se tiene en claro el orgánico final de la obra, suele suceder que las obras van mutando. Esa obra nace de un proyecto del dúo Fain-Mantega y luego se convierte en un formato sinfónico, para darle pie a un desarrollo más largo y más colorido tímbricamente.

Al comienzo esta obra iba a ser estrenada por la Münchner Symphoniker el 14 de octubre de 2020 en Munich, pero la realidad cambió para todos, así que ese concierto tendrá que esperar un poco más…

T: Y entonces, ¿hubo un fluir que se potenció al ya adquirir el carácter de una composición con una dirección y con ejecutantes determinados?
EM: Completamente. Cuando puedo saber anticipadamente quién va a tocar la música que estoy escribiendo, tengo la sensación de que la paleta de colores compositiva crece muchísimo y se transforma dependiendo de esa interpretación.

«Componer siempre es una situación un poco solitaria y meditativa si se quiere, pero lo que fue por bastante tiempo una gran incertidumbre tuvo que ver con cómo realizar la grabación de una obra sinfónica en medio de la pandemia»

T: ¿Cómo fue volver a encontrarse con la orquesta para grabar «Beauchef»?
EM: La grabación durante la pandemia fue una experiencia maravillosa y reconfortante en un marco muy adverso. Dentro de ese marco, puedo decirte que todos los que grabamos estábamos volviendo a tocar después de casi un año de inactividad. Eso fue hermoso. Pasó la primera jornada de grabación y parecía que habíamos terminado una maratón de 50 kilómetros.

T: ¿Qué se puede adelantar del concierto por streaming del 6 de agosto en tu canal de YouTube?
EM: Se va a ver y escuchar esta obra interpretada por los integrantes de la orquesta, por capas, tal como fue grabada, y allí sí se podrá experimentar un poco mejor la sensación de alegría que había en el encuentro, en el volver a juntarse para tocar. Será el momento para compartir todos juntos una especie de estreno, aunque de forma virtual.

T: ¿Qué te demandó arreglar los «6 Estudios Tanguísticos» de Astor Piazzolla publicado por la editorial francesa Henry Lemoine? ¿Qué creés que diría el propio Piazzolla de la relectura que proponés?
EM: Los «6 Estudios Tanguísticos» de Astor Piazzolla son obras realmente muy difíciles para el flautista de nivel intermedio y avanzado. El concepto principalmente fue idea de mi compañera Paulina Fain, dado que en reiteradas oportunidades, estando de gira por Europa y Estados Unidos, muchísimos flautistas tocan algunos de esos estudios y vimos que su dificultad es muy demandante.

Entonces la idea de Paulina fue que ese trabajo sea dividido en dos flautistas, para que uno haga el trabajo duro, y el otro lo acompañe. Y cada tanto ir cambiando de rol, para que ambos la pasen bien durante el concierto o el estudio. Una vez escritas las segundas voces, se lo enviamos a la editorial que decidió realizar la publicación.

En relación a Piazzolla creo que en principio no le hubiese molestado, dado que fui bastante respetuoso de sus decisiones armónicas y estructurales. Ojalá que no se enoje…

T: Tras haber confluido previamente en otras ocasiones, ¿Cómo definirías la experiencia de haber compartido junto la orquesta el disco «El Chakracanta» de obras sinfónicas del italiano Stefano Bollani?
EM: La experiencia de dirigir ya de por sí es una experiencia hermosa. Si le sumamos la posibilidad de contar con las y los músicos talentosos que pudimos convocar para la Orquesta Sin Fin y además tener la posibilidad de dirigir un solista con el talento musical que tiene Stefano, la definición de la experiencia está un poco complicada. Decir maravilloso queda un poco insulso. Capaz que podría ser parecido a estar andando en una moto a 250 kilómetros por hora durante lo que dure el concierto.

Fuente: Telam